En los años de entreguerra dominaron en París cuatro modistas: Jeanne Lanvin, Madeleine Vionnet, Coco Chanel y Elsa Schiaparelli.



Jeanne Lanvin era conocida por sus bellos y románticos robes de style, vestidos de noche de tafetán con crinolina, inspirados en las siluetas de los siglos XVIII y XIX. Su meticulosa investigación histórica y étnica sobre la ropa y los materiales influyó en su enfoque estético y su estilo inquebrantable. El hecho de que continuara teniendo éxito durante un período en el que este estilo se oponía a la moda del momento pone de manifiesto su capacidad para interpretar lo que muchas mujeres querían vestir realmente.storia y permitas que tus usuarios conozcan un poco mas sobre ti.



Madeleine Vionnet estará siempre asociada al corte al bies, es decir, la tela cortada a un ángulo de 45º, en lugar de en el sentido del tejido. No fue la primera que empleó este método, pero sí lo utilizó hasta su máximo potencial, drapeando, anudando y retorciendo telas dúctiles para resaltar el contorno del cuerpo de manera muy parecida a como lo hacía el vestido clásico que ella estudiaba en los jarrones griegos. Sus innovadores métodos de confección prescindían de costuras y cierres, y daban como resultado prendas cuyo aspecto sencillo ocultaba su complejidad.



Coco Chanel fue, tanto en su vida como en su trabajo, la gran exponente de la modernidad, diseñando ropa en tejidos de punto fluidos y prendas fáciles de vestir, derivadas de la ropa deportiva o la masculina. Mezclaba bisutería con joyas auténticas y puso de moda la piel bronceada. Fue la primera diseñadora en dar su nombre a un perfume, con el lanzamiento de Chanel N.º 5 en 1921, y liberó el color negro de su asociación con el luto para convertirlo en símbolo de elegancia con su vestidito negro de 1926. Sus característicos trajes de tweed y sus zapatos bicolores, que aún  sigue actualizando Karl Lagerfeld cada temporada, se reconocen al instante. Coco Chanel se ha considerado la diseñadora más influyente del siglo XX.



Elsa Schiaparelli tras alcanzar el éxito con una pequeña gama de ropa de punto, estableció su propia casa de moda en París en 1928 centrándose en los estilos divertidos, pero prácticos, y en prendas deportivas que atraían a una amplia variedad de clientes, incluidas las estrellas cinematográficas de Hollywood. Se dio a conocer por sus trajes de sastre, de formas marcadas, adornados con bordados y pedrería, y toques de fantasía e ingenio, como botones con forma de chupachups o broches divertidos. Siempre era extremadamente experimental, pero fueron sus colaboraciones con los surrealistas, como Salvador Dalí o Jean Cocteau, las que abrieron un nuevo camino al intentar hacer de la moda un arte y del arte una moda.